D PEPIU

De Conferència de Juan López a l'Institut

Hoy la prensa se hace eco del fallecimiento de un periodista muy famoso y conocido, cuyo nombre no hace falta mencionar, pero es mucho más emotivo el hecho de que hoy justamente haya fallecido otra persona mucho más importante en mi biografía y en la de muchos compañeros que estudiamos el bachillerato en el instituto José de Ribera de Xátiva en los años sesenta. Fue nuestro profesor, uno de ellos, muy apreciado por todos y muy próximo, al que siempre hemos recordado como Don Pepiu. Esa manera de llamarlo ya es significativa, de una parte por el don, porque era un señor, amable, educado y después por el don como enseñante y a la vez Pepiu, porque era muy próximo a los que entonces éramos todavía niños y empezábamos a transitar hacia la adolescencia. Y en valenciano, aunque en aquella época franquista no se permitía el uso de nuestra lengua, ni su aprendizaje, sobre todo para los que no la conocíamos por vía materna. Su afecto y su accesibilidad nos llegaban a todos, todos lo apreciábamos como un padre próximo o un hermano mayor que nos trata con afecto y con confianza, que no ponía barreras ni distancia, que se preocupaba por nosotros, que no nos castigaba. Era frecuente verlo por los patios del Instituto teniendo que quitarse de encima a los estudiantes que se le agarraban y se le subían como lapas, aceptando nuestra confianza aun pegajosa y actuando con condescendencia y comprensión. A fin de cuentas éramos como sus hijos adoptivos y así lo considerábamos, y nos parecía de lo más natural. Recuerdo que me dio clases de geografía, pero podía impartir cualquier materia, era un todo terreno. Consiguió inculcarnos el gusto por los mapas,  los atlas y hasta por la geografía física, lo que tenía mucho mérito. Tenía también su punto humorístico, no agrio, sino amable, valenciano, algo guasón. Y era proverbial su mechero, pues entonces el profesor podía fumar en clase, y la clase de tabaco que fumaba, quizás gauloises o gitanes, no recuerdo, creo que fantaseo, pero no celtas. Pero su verdadera faceta era la de filósofo, de la época de los licenciados en Filosofía y Letras, esa era su verdadera pasión, su vocación. Y así lo puede comprobar años más tarde, cuando me encontré con él un día- me sorprendió que se acordara de mi-, en la Universidad de Valencia, en la Facultad de Filosofía y Letras: se había embarcado en la dura tarea que era y sigue siendo para los profesores de Instituto hacer la Tesis Doctoral. Y esa fue la imagen que me quedó, pese a que nos volvimos a ver en la conmemoración de los 25 años de la promoción del 69. Nunca sabemos hasta qué punto los profesores que tuvimos en el Instituto han podido  influir en nuestra vocación, pero seguro que tuvo que ser así en el caso de D.Pepiu (Pepe Tormo), un ejemplo de profesor y de persona.
Juan López Gandía. (Un del 69) y Catedrático de Derecho del Trabajo UPV.

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