CRÓNICA DEL MEETING NAVIDEÑO DEL 69

Con la victoria del Valencia Cde F, Rafa Leonardo se ha venido arriba y nos manda su opinión del magnífico día que pasamos los compañeros del 69 estas últimas fiestas  navidadeñas.
Continuamos a la espera de recibir los originales de los compañeros profesionales de la pluma, estilográfica, claro.



Celebración Anual Navideña del “69 Team”

El pasado 27 de diciembre de 2014, celebramos en Genovés nuestra Reunión Anual Navideña como todos vosotros sabéis, sobretodo los que consuetudinariamente la habéis venido disfrutando todos estos años atrás y que para mí fue la primera. La asistencia puede definirse de abundante, teniendo en cuenta que faltasteis muy pocos (incluido el “pequeño Nicolás”) que probablemente por necesidades de guión televisivo, tampoco acudió. La fórmula es bien sencilla y amena, vive y deja vivir, y el programa lleno de actividades, deporte y comida. Si como miembro del grupo quieres reunirte, lo debes hacer con la mejor disposición y acudir a la cita. Si todavía te sientes joven y quieres jugar a futbol como en el Instituto, también lo puedes hacer: llegas más prontito por la mañana, se afilan las “navajas” del deporte para ganar y superar al contrario si éste se deja y sudas un poco la camiseta, demostrándote a ti mismo que “aquello” todavía funciona y estás realmente en forma tal y como te viene diciendo tu pareja habitualmente. Pero lo bueno y realmente importante, viene después cuando en absoluta hermandad y fraternidad, te enfrentas a unas maravillosas cazuelas de “Arrós al Forn en Pilotes”. Fueron si no recuerdo mal, 4 ó 5 cazuelas las que nos comimos de ese delicioso manjar y estaban realmente buenas. Yo ya he repetido a nivel particular. Nuestros anfitriones “paganinis” en este caso, fueron Damián y Pepe Gutiérrez (“los catalanes” tal cual percibí que se autodenominaban), a los que agradecimos inmensamente su atención y retos anteriores pendientes concluidos. Disfrutamos enormemente de las sabrosas cazuelas y de los caldos que como viene siendo también habitual, nos proporciona Eugenio J. Gómez con incalculable desinterés y abundancia. Pudimos compartir y actualizar todo tipo de información presente, pasada y futura para mantenernos vivos y al resguardo de esta sana amistad que Emilio Sala ha sabido “catalizar” hasta hoy y que deseamos continúe como ejemplo para todos cuantos nos siguen procedentes de otras generaciones del Instituto José de Ribera. La cloenda no pudo ser mejor… Arrancó con esa amigable y “sana” costumbre de echar un pitillo y allí que fuimos levantándonos poco a poco todo el mundo y saliendo a la puerta del Bar Los Monteros de Genovés, donde acabábamos de tener la bacanal de arroz y otras viandas de aperitivos y postres. Una vez prácticamente todo el mundo en la puerta y disfrutando en activo o en pasivo de los maravillosos caliqueños que tradicionalmente aporta Coca, comenzó a correr el cava por nuestras gargantas. No contentos con ello, se decidió por asamblea rápida y universal, acudir con esas botellas de espumoso a “Casa del Alcalde” Emilio Llopis que por compromisos previos familiares, no había podido asistir a la comida. Las puertas de nuestra “Casa Consistorial Privada” de Genovés, enseguida se abrieron de par en par y nos agasajó el propio alcalde, asistido de su familia (esposa e hijos) que nos hicieron pasar a su interior, no sin antes llevar a cabo, en la “Fasana” de su domicilio, otro de los actos protocolarios más importantes de estos asuntos como es, la “Foto de Familia” que ya todos habréis visto. Una vez ubicados en el amplísimo patio trasero de nuestra “alcaldía particular”, corrió ya no solo el cava sino el champagne, de acreditadas marcas que no quiero reproducir ya que no soy publicista, pero que os aseguro de “reconocida solvencia” que recuerda las ceremonias de proclamación de vencedores en la F-1. Había que ser un poco cauto en la ingesta de éste último líquido espumoso, ya que teníamos que volver al volante hacia nuestro particular destino, en fechas tan señaladas y que la DGT a través de los Agentes de Tráfico trata de controlar, para una muy feliz conclusión de la temporada navideña. El informe detallado de cuanto ocurrió en aquel patio trasero de casa de Emilio Llopis, lo dejo para comentarios libres y oportunos que probablemente alguien querrá aportar. Yo en esta ocasión, abandoné el lugar con relativa rapidez por… como se dice en estos casos “motivos familiares”. No obstante, ha quedado en mi un recuerdo tan imborrable de amistad que pienso dedicarme a éste cultivo con verdadero ahínco y que continúe germinando estas buenas relaciones que tenemos actualmente.
Por cierto, en los momentos finales de la comida y mientras se disparaban dardos de cierto calibre dialectico entre distintas facciones allí reunidas, los miembros conocidos genéricamente como “los de la Canal de Navarrés”, cogieron el testigo y compromiso, de que el año que viene (el presente 2015), lo celebraremos en sus Cuarteles de Invierno. Queda dicho y aceptado por la mayoría.

Rafael Leonardo
Castellón, Enero de 2015
 


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